En los hogares donde hay niños pequeños, la seguridad es un tema importante. Los padres quieren proteger a sus hijos de todos los peligros potenciales y, en la mayoría de los casos, toman medidas para que su hogar sea un entorno lo más seguro posible. Desafortunadamente, a pesar de los mejores esfuerzos, aún pueden ocurrir accidentes. El Consejo Nacional de Seguridad cita las lesiones como la principal causa de muerte infantil. De los accidentes que causan estas lesiones, la mitad ocurren en el hogar. Cuando esto sucede, los padres o tutores deben estar preparados para tomar las medidas necesarias. Comprender los primeros auxilios básicos y cómo aplicarlos según la lesión y la edad del niño es fundamental y puede salvarle la vida.
La prevención es el primer paso que las personas deben tomar para proteger a su familia. Existen diversas amenazas que se deben tener en cuenta al hacer planes de seguridad y cambios en el hogar. Para prevenir el envenenamiento, los productos químicos y otras sustancias tóxicas deben almacenarse de manera segura. En la mayoría de los casos, esto significa guardarlos en un armario cerrado con llave o en un lugar lo suficientemente alto para que los niños no puedan alcanzarlo. Para prevenir incendios y quemaduras, las cerillas y los encendedores deben mantenerse fuera del alcance de los niños. Los detectores de incendios y de monóxido de carbono en cada nivel de la casa son importantes para advertir a las familias sobre el fuego y el monóxido de carbono, que no tiene sabor ni olor. Además, los padres deben crear planes de escape en caso de incendio y realizar simulacros de práctica para asegurarse de que todos sepan cómo actuar en caso de incendio. Cree un número de teléfono de emergencia y una lista de contactos y colóquelos en áreas que sean fácilmente visibles para que los niños sepan a quién contactar en caso de una emergencia.
Las emergencias ocurren, pero no siempre es el niño quien necesita atención de emergencia. Si un padre resulta herido, puede ser el niño quien deba prestar atención y contactar con las autoridades o servicios médicos de emergencia. Por este motivo, a los niños se les debe enseñar primeros auxilios básicos para que sepan cómo reaccionar en una situación de emergencia. Estas habilidades también pueden ayudarlos si se encuentran en una situación en la que no hay un adulto disponible pero se requiere una acción inmediata para ayudar a un amigo u otro miembro de la familia. Se debe enseñar a los niños cómo detener una hemorragia, asistir a alguien que se esté ahogando o ayudar a una persona que haya sufrido una caída y se haya lesionado. Los padres deben hablar sobre qué hacer en una situación de emergencia e incluso pueden encontrar recursos útiles en línea que los ayuden a enseñar a sus hijos. Además, un curso formal de primeros auxilios para niños resulta muy útil, ya que proporciona instrucciones adaptadas a su edad para ofrecer atención de emergencia.
Incluso antes de que un padre le enseñe a un niño primeros auxilios, es importante que le enseñe a pedir ayuda. Todos los niños deben saber cómo llamar al 911 en caso de emergencia. También deben saber su nombre completo, el nombre completo de sus padres, su dirección y número de teléfono para poder proporcionar esta información por teléfono. A los niños se les debe enseñar cuándo es apropiado llamar al 911 y la importancia de hacerlo solo en caso de emergencia.
Es natural que los padres primerizos se preocupen demasiado por el bienestar de sus hijos. A pesar del deseo de prevenir lesiones y enfermedades, algunos padres primerizos no saben exactamente por dónde empezar. Los bebés, los niños pequeños y los niños más pequeños suelen sufrir lesiones por caídas, quemaduras y escaldaduras. Los padres deben asegurarse de que el bebé esté protegido para que no se caiga de una superficie. Al enseñar a un bebé a caminar, se deben retirar los objetos afilados del entorno, ya que son propensos a caerse. Una caída grave puede provocar un traumatismo en la cabeza del niño e incluso una lesión cerebral. Los bebés pueden quemarse fácilmente, incluso con agua del baño demasiado caliente. Para evitar quemaduras, se debe tener cuidado de garantizar que las temperaturas sean tolerables para los delicados bebés.
Los bebés también tienen un alto riesgo de asfixia, sofocación y ahogamiento. Los bebés corren el riesgo de caerse de camas, mesas o sofás. Tanto los bebés como los niños pequeños son conocidos por llevarse objetos a la boca. Si un artículo no está aprobado como juguete para bebés, el niño puede atragantarse con él y correr el riesgo de asfixiarse. Los botones sueltos, canicas y otros objetos pequeños deben guardarse en lugares seguros para evitar riesgos de asfixia. También se debe tener cuidado de comprar el tipo de juguetes adecuado. Los padres cuidadosos también querrán tomar clases de RCP para bebés y niños. Debido a que tienen cuerpos más pequeños, las técnicas de RCP para bebés y niños serán diferentes a las técnicas para adultos. Las clases de primeros auxilios también brindarán a los padres el conocimiento de qué hacer ante otros tipos de lesiones, como quemaduras por agua demasiado caliente. La comida es otro área de preocupación para los padres. Los alimentos deben almacenarse y calentarse correctamente para prevenir enfermedades o lesiones accidentales por altas temperaturas.
Es fundamental tomar precauciones extremas y ser cuidadosos al tratar con niños y bebés. Si se respetan estas normas, se pueden minimizar o evitar por completo las posibilidades de accidentes y lesiones. Sin embargo, una formación adecuada sobre primeros auxilios para niños y bebés servirá como red de seguridad en caso de que se produzcan accidentes. La preparación y la educación son la clave para una crianza exitosa.
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